Uno de cada dos ancianos padece problemas de sueño y, aunque muchos los aceptan como una parte inevitable del envejecimiento debemos combatir esta creencia ya que no forman parte de este proceso natural.
Dormir bien es posible a cualquier edad y de vital importancia para la salud en general. Lo recuerda la Sociedad Española de Sueño (SES) en la celebración del Día Mundial del Sueño, este viernes 15 de marzo.
La falta de sueño o un sueño de mala calidad no sólo se traduce en que la mitad de esta población está mucho más cansada durante el día sino que hay consecuencias más graves relacionadas con la salud: disminución de la calidad de vida, incremento en los síntomas de depresión y ansiedad, tiempos de reacción más lentos, problemas de memoria y mayor riesgo de padecer hipertensión arterial, diabetes, obesidad y enfermedades cardiovasculares.
Científicos de la Universidad de California (Berkeley) han publicado recientemente un estudio que demuestra por primera vez la conexión entre la falta de sueño, pérdida de memoria y deterioro del cerebro a medida que envejecemos. Incluso, la pérdida de sueño puede anteceder a los síntomas del alzhéimer. Una investigación de la Universidad de Washington ha encontrado que el sueño está alterado en las personas que están en las primeras fases del alzhéimer, pero aún no tienen la pérdida de memoria u otros problemas cognitivos característicos de la patología.
Ancianos y niños
Los trastornos del sueño primarios –el síndrome de apnea del sueño, síndrome de piernas inquietas, insomnio y trastorno de conducta durante el sueño REM– son más frecuentes en ancianos que en adultos jóvenes u otras etapas de la vida.
Las pesadillas también son un trastorno del sueño. Favorecen su aparición el déficit de sueño, la ansiedad y los problemas familiares y laborales. Se trata de unos episodios que, aunque suelen afectar a los niños y a personas mayores, también se producen en los adultos y están relacionados con lo acontecido durante el día.
Así, y a pesar de que sólo duran unos "pocos minutos" debido a que suelen aparecer durante el sueño REM, si la intensidad es muy elevada y la persona se despierta en esta fase del sueño el estado anímico al día siguiente puede verse afectado.
"Las pesadillas generalmente se dan en las personas que están pasando por una mala situación anímica. Estas pesadillas se caracterizan por ser catastróficas", explica el coordinador del Grupo de Estudio de Trastornos de la Vigilia y Sueño de la Sociedad Española de Neurología (SEN), Hernando Pérez Díaz.
Terrores y frustraciones
Los niños son las personas más propensas a sufrir pesadillas durante la noche aunque, según han asegurado ambos especialistas, estos sueños no suelen ser pesadillas sino que son terrores nocturnos, caracterizados por una sensación de miedo "incontrolable" que ocurre durante la etapa de sueño profundo, la fase no REM.
En el caso del sonambulismo los sueños suelen ser de huída, de "falta de aire", y en la apnea del sueño de "frustraciones" como, por ejemplo, no encontrar "las llaves de un coche que necesitas usar" o ir corriendo y que "fallen las piernas".
El coordinador de la Unidad de Trastornos del Sueño del Hospital Quirón de Valencia, Gonzalo Pin, ha explicado que, además, las pesadillas suelen tener también un componente genético y estar desencadenadas por un déficit crónico del sueño. Sin embargo, según ha asegurado, todavía los expertos no han comprobado que tengan un factor "predictivo".
Tanto Pin como Pérez Díaz han recomendado a todas aquellas personas que tengan pesadillas de una manera repetitiva que acudan a un especialista para que diagnostique cuáles son los motivos que están provocando la aparición de estos sueños y, así, descarten la presencia de enfermedades neurodegenerativas.
Fuente: http://www.20minutos.es/noticia/1759674/0/trastornos-sueno/no-inevitable/envejecimiento/
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